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La leyenda del dragón de Wawel

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Hace mucho tiempo atrás, cuando las tierras de Polonia eran gobernadas por el rey Krak, en Cracovia apareció un dragón. Era un animal enorme, de piel verdosa, cola larga y una boca llena de dientes afilados, que eligió para vivir una cueva bajo el castillo y ordenó que una vez por semana se le obsequiara una vaca. Si no se cumplía con la demanda, el dragón prometía secuestrar gente.  Dada esta situación, los habitantes de Cracovia entraron en pánico, aunque unos pocos dijeron poder derrotar al dragón. Sin embargo, ninguno de ellos regresó de su visita a la cueva del monstruo. Hasta el mismo rey perdió la esperanza de encontrar alguna ayuda. Con el pasar de las semanas los establos se encontraban cada vez más vacíos y la preocupación crecía por el día en que el dragón se comiera a la última vaca. Cuando parecía que todo estaba perdido y al pueblo de Cracovia le esperaba una tragedia, en la corte del rey Krak apareció un humilde zapatero. -Su alteza, creo que puedo derrotar al dragón...

La leyenda de Popiel

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Hace mucho tiempo atrás, en una ciudad llamada Kruszwica, sobre el lago Gopło, vivía el príncipe Popiel. Era un gobernante al que le gustaba participar de fiestas y salir de caza, pero que no se ocupaba de su gente. Su esposa, una princesa alemana, tampoco tenía buena fama. Todo esto les preocupaba a sus tíos, soldados de la Gran Polonia, que veían los actos de Popiel con una preocupación cada vez mayor. -Príncipe, tu tierra va a caer en la ruina. Deberías dejar los juegos y las distracciones y ocuparte de tu reino. – le decían cada vez que lo visitaban en Kruszwica, sin embargo Popiel no los escuchaba. Tampoco escuchaba a sus vasallos, que llegaban al palacio para que el príncipe resolviera sus litigios. Le recordaban sobre su compromiso de defender la ciudad ante los ataques bárbaros de los pueblos del norte y de convocar a reuniones populares. El príncipe prefería sin embargo pasar su tiempo cazando junto a su esposa. Solo de vez en cuando, algunas noches, se preguntaba si sus accio...

La leyenda sobre Wars y Sawa

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Hace mucho tiempo atrás, Polonia abarcaba ricos territorios aún no conquistados, llenos de animales salvajes; y la gente vivía en pequeños asentamientos. En uno de ellos, sobre la costa del Wisła (Vístula), vivía un joven pescador de nombre Wars. Era muy trabajador, se había construido un bote y fabricaba redes de pesca. Y como la suerte siempre lo acompañaba, terminaba cada jornada con la red llena de peces. Le resultaba muy placentero pasar tiempo en el agua y disfrutar del canto de los pájaros; especialmente durante la noche, cuando reinaba la paz y la luna se reflejaba plateada en las aguas del río. Cierta noche, cuando como siempre empujaba el bote hacia el agua y tendía la red de pesca, vio salir a la superficie a una hermosísima joven. Wars se quedó helado del asombro mientras observaba sus cabellos largos y dorados, grandes ojos celestes y… ¡su cola de pez cubierta de escamas plateadas! No podía creer lo que veían sus ojos, sin embargo pronto recordó algunos cuentos que había e...

La leyenda de Lech, Czech y Rus

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Hace mucho tiempo atrás, las tribus eslavas vivían en territorios alejados en bienestar y en paz. Al frente de tres de las familias más grandes y fuertes había tres hermanos: Lech, Czech y Rus. La gente disfrutaba de la gran sabiduría de estos líderes, y el bienestar que surgió gracias a su gobierno provocó que sus territorios crecieran considerablemente. Lamentablemente, junto con el aumento de la población, comenzó a faltar alimento… El temor ante una posible hambruna crecía. Los hermanos reconocieron el problema y conversaron acerca del mejor curso de acción. Discutieron por largo tiempo, hasta que finalmente decidieron buscar nuevas tierras para sus pueblos. Al segundo día convocaron a sus familias y amigos y les comunicaron su decisión. Al principio no les gustó la idea, pero confiaban en la sabiduría y las decisiones de sus líderes. Los siguientes días todos se dedicaron a prepararse para la travesía: empacaron sus pertenencias y les rezaron a sus dioses para que les dieran suert...

La leyenda del señor Twardowski

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Hace mucho, mucho tiempo atrás, vivió en Cracovia el señor Twardowski. Le interesaba mucho la magia negra y la alquimia, y soñaba con encontrar la piedra filosofal para curar enfermedades y convertir todo en oro. Así que hizo un pacto con Mefistófeles: el diablo cumpliría todos sus deseos a cambio de su alma. El señor Twardowski prometió dársela, pero sólo cuando estuviera en Roma, sabiendo sin embargo que no estaba interesado en lo más mínimo en viajar a esa ciudad. El diablo aceptó, puesto que el señor Twardowski le dijo que planeaba en breve hacer una peregrinación hacia allí. Así fue como Mefistófeles lo ayudó en todo: a pedido del señor Twardowski trasladó toda la plata de Polonia a un solo lugar – a Olkusz, en las afueras de Cracovia, donde se abrió una mina de plata. También trasladó toda la arena del país y surgió entonces el desierto błędowski. El señor Twardowski se dedicó a viajar por toda Polonia sobre un enorme gallo que creó con magia, y curó a personas y animales enfermo...